Es un proceso selectivo de saneamiento que se emplea para destruir o inactivar a los organismos patógenos, tales como bacterias, virus y hongos que perjudican la salud del hombre y su hábitat, mediante la utilización de agentes fundamentalmente químicos.

Estos desinfectantes controlan la acción nociva de los microorganismos que al atacar alimentos y/o superficies producen perjuicios a la salud humana y ambiental; al eliminarlos se evitan las infecciones, fermentaciones, malos olores, descomposiciones, que estos provocan.

La desinfección ambiental se realiza con pulverizadores de ultra bajo volumen (ULV), esta técnica consiste en aplicar el desinfectante en forma de niebla fría formada por pequeñas gotas entre 5-50 micras, esto nos garantiza gran eficacia y penetración; además permite una distribución y cobertura de las superficies imposibles de lograr mediante otro tipo de rociado.

No afecta las superficies tratadas, y su rango de toxicidad para el hombre es prácticamente nulo.

Los productos a utilizar son efectivos contra agentes bacterianos (Clostridium spp, Salmonella enteriditis, Micoplasma, Escherichia coli), agentes virales (SARS-CoV-2, Adenovirus, Herpes, Bronquitis, Neumovirus), agentes fúngicos (Aspergillus, Coccidios).